domingo, junio 22, 2025

EL TSUNAMI OLVIDADO



🌊 El tsunami olvidado: cuando Hispalis fue engullida por el mar (siglo III d.C.)





Una historia sepultada bajo el lodo del tiempo…

Hubo una época en la que Hispalis, la Sevilla romana, era una ciudad vibrante, un importante puerto interior del Imperio, conectada al Atlántico por las aguas del Guadalquivir.
Una urbe de templos, foros y termas. Un cruce de caminos entre la Bética y el Mare Nostrum.

tsunami en Híspalis

Y sin embargo… algo ocurrió.
Un evento violento. Repentino. Casi borrado de la historia.

Hoy te hablo del posible tsunami que asoló Hispalis en el siglo III d.C.
Una catástrofe que pudo cambiar el destino de esta tierra y que, hasta ahora, ha permanecido sepultada en los márgenes de la memoria.



🌍 Un Imperio sacudido

El siglo III fue, para Roma, una etapa convulsa. A lo largo y ancho del Imperio, se sucedieron guerras civiles, pestes, invasiones y… desastres naturales.

En este contexto, fuentes tardoantiguas y paleocristianas hacen mención de un maremoto de grandes proporciones en el sur de Hispania. No lo describen con detalle, pero señalan que hubo ciudades costeras “arrasadas por las aguas” y alteraciones en el curso del mar.

¿Podría Hispalis haber sido una de ellas?


🧭 Hispalis: una ciudad abierta al mar

Aunque hoy Sevilla esté a más de 70 km del mar, en tiempos romanos el Guadalquivir era completamente navegable desde la desembocadura hasta el corazón de la ciudad.


Grandes barcazas traían aceite, vino, esparto, ánforas, minerales…
Y salían cargadas con trigo, mármol, salazones y legiones.

Una ola que entrara por el estuario de Sanlúcar —como lo hizo el tsunami de Lisboa en 1755— habría recorrido el mismo cauce, alcanzando Hispalis sin apenas fricción.



🏺 Las pruebas enterradas

📜 1. Silencio en las fuentes, grietas en la historia

No hay crónicas directas del tsunami. Pero sí hay un vacío inexplicable en algunos registros comerciales y administrativos entre los años 230 y 260 d.C.
Algunas fuentes apuntan a un “cambio repentino en el nivel del río” y alteraciones en la producción y comercio fluvial.

🧱 2. Evidencias arqueológicas

Excavaciones en zonas como:

  • Calle Abades
  • Plaza de la Alfalfa
  • Alrededores de la Catedral

...han revelado estratos de limo mezclado con arena marina, con restos de cerámica rota y estructuras dañadas abruptamente, como si una fuerza súbita lo hubiera cubierto todo y luego se hubiera retirado.

🌊 3. Depósitos geológicos

Estudios del Instituto Geológico y Minero de España han identificado sedimentos de alta energía —como los provocados por tsunamis— en zonas del bajo Guadalquivir, datados en torno al siglo III.


🚢 ¿Cómo sería ese tsunami?

Imagina la escena:

Una mañana cálida de primavera. El foro de Hispalis lleno de comerciantes. Las termas repletas. Los legionarios patrullan cerca del puerto fluvial.


De repente, los peces saltan fuera del agua. El río comienza a retroceder.

Un rugido ensordecedor precede a una masa de agua de más de diez metros de altura, avanzando desde el Atlántico como una criatura mitológica.
Barcazas destrozadas, columnas arrancadas, templos arrasados.

El corazón de Hispalis queda anegado.


👁‍🗨 ¿Por qué no lo sabíamos?

Porque el tiempo borra, pero no del todo.
Porque los romanos reconstruyeron. Porque las crónicas oficiales callaron lo que no sabían explicar.
Y porque, durante siglos, nadie imaginó que Sevilla pudo haber sido golpeada por un tsunami.

Hasta ahora.



🧠 Reflexión final

Creemos que conocemos nuestra historia, pero basta con escarbar un poco —en las piedras, en los estratos, en el cauce del río— para descubrir que el pasado guarda más secretos de los que imaginamos.

Quizás, bajo nuestros pies, Hispalis aún susurra los ecos de un día en que el mar reclamó lo suyo.


🔗 Artículos relacionados


📣 ¿Tú qué opinas?

¿Crees que un tsunami pudo realmente alcanzar Sevilla en época romana?
¿Deberíamos estudiar más estas hipótesis?

Te leo en los comentarios.
Y si este misterio te ha impactado… compártelo. Porque las historias que se callan, se repiten.

✍️ Escrito por: Javier Lobato
📍 www.javierlobato.org



No hay comentarios:

Publicar un comentario