Hiloclastia y Aportes: dos caras del misterio
Aunque ambos fenómenos pertenecen al ámbito de la parapsicología y comparten un componente aparentemente “imposible”, hiloclastia y aportes son hechos muy distintos tanto en su naturaleza como en su manifestación.
Origen del fenómeno
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Hiloclastia: se asocia a la ruptura o alteración de objetos existentes. Algo se quiebra, estalla o
se deforma sin contacto físico, normalmente en presencia de una persona con una fuerte carga emocional o energética. -
Aportes: se vinculan con la aparición repentina de objetos donde antes no había nada. Estos objetos —una piedra, una llave, una moneda, una cuchara— surgen aparentemente de la nada, en lugares cerrados o durante sesiones mediúmnicas.
Naturaleza del suceso
En la hiloclastia, el fenómeno es destructivo o alterador: algo se rompe.
En los aportes, el fenómeno es creador o materializador: algo aparece.Podría decirse que la hiloclastia fragmenta la materia, mientras que los aportes la generan o trasladan desde otro punto desconocido.
Contexto emocional o mediúmnico
La hiloclastia suele manifestarse de manera espontánea y emocional, sin que el sujeto tenga control sobre lo que ocurre. Es más común en personas que atraviesan estrés, duelo o estados mentales intensos.
Los aportes, en cambio, ocurren dentro de un contexto espiritual o mediúmnico. Suelen producirse en sesiones de espiritismo, donde el médium “canaliza” la energía o la presencia que supuestamente materializa el objeto.
Interpretación en parapsicología
Para los investigadores de lo paranormal, la hiloclastia podría ser una forma de psicoquinesis
espontánea: energía mental descontrolada que afecta a la materia.Los aportes, en cambio, serían una manifestación controlada o canalizada, vinculada con entidades espirituales o planos de existencia paralelos.
Ejemplo claro
Una piedra que cae del techo en un edificio ruinoso no es ni hiloclastia ni aporte: es deterioro.Pero si un vaso explota frente a ti sin motivo, estaríamos hablando de hiloclastia.
Y si en mitad de una sesión aparece un mechero o una cuchara de la nada, eso sería un aporte
auténtico.
Reflexión final y diferencias con los aportes
Aunque la hiloclastia y los aportes pertenecen al mismo territorio de lo inexplicable, en realidad hablan de fenómenos muy distintos. La hiloclastia se asocia a la ruptura o alteración de objetos existentes:
cristales que estallan, bombillas que se rompen, materiales que parecen desintegrarse sin una causa física aparente. Es un fenómeno de naturaleza destructiva, vinculado con la energía emocional de una persona que, en momentos de tensión o carga psíquica, parece afectar la materia que la rodea.Los aportes, en cambio, representan lo opuesto. No destruyen, sino que crean o materializan. Son objetos que aparecen súbitamente donde antes no había nada: una moneda, una piedra, un mechero o una cuchara que se manifiestan en pleno vacío, a menudo durante una sesión mediúmnica o en presencia de alguien con supuestas facultades espirituales. Si la hiloclastia fragmenta lo que existe, el aporte parece traer algo desde otro punto, quizá desde una dimensión desconocida.
En la primera interviene la mente humana de forma inconsciente, desbordada por emociones que se traducen en efectos físicos. En la segunda, entra en juego el elemento espiritual: una energía canalizada, o incluso la intervención de entidades, según la interpretación de los médiums clásicos. Una piedra que cae del techo de un edificio ruinoso no es un aporte, es deterioro. Pero si un vaso explota sin razón, estaríamos ante un caso de hiloclastia; y si un objeto se materializa de la nada, eso sí sería un auténtico aporte.
Ambos fenómenos, distintos pero complementarios, parecen apuntar a lo mismo: que existe una frontera invisible entre la mente, la materia y el espíritu. La hiloclastia rompe lo que conocemos; el aporte nos entrega lo que no esperábamos. En ambos casos, el mensaje es el mismo: la realidad podría ser mucho más amplia de lo que la ciencia se atreve a admitir.
Hiloclastia y aportes representan dos extremos de un mismo misterio: la interacción entre mente, energía y materia.
Una rompe lo que existe; la otra trae lo que no estaba.
Ambas desafían nuestra comprensión de la realidad… y nos recuerdan que, quizá, la mente humana aún no ha mostrado todo su poder.
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